Por que nos daña la pintura el excremento de las aves?
Un estudio realizado por Autoglym, una empresa Británica que se
dedica a crear productos de limpieza del automóvil, ha determinado que la acidez de los excrementos no tiene nada que ver con el daño que sufre la pintura, por lo que ese dicho popular sería falso.
¿Qué es lo que realmente ocurre? Con el calor del Sol, tanto la chapa
como la pintura del coche se expande, aunque sea de manera microscópica
mientras retiene ese calor. Al caer sobre nuestro coche ese regalito
del cielo (Pepito llamamos al que nos deja los coches finos en el
Jarama), el excremento cae en forma algo líquida.
Poco a poco, el calor interno de la pintura va pasando al excremento,
lo que genera una evaporación del líquido. Al eliminar calor, tanto la
pintura como el excremento van menguando de tamaño, con el pequeño
problema de que la parte superior de la pintura se va amoldando a la textura del excremento, y cuanto más se seque más se amolda.
Todos sabemos que se pegan bien al coche, y que intentar quitarlas
frotando sólo empeora las cosas, por lo que el estudio realizado por
Autoglym tiene bastante lógica. Además dicen que han hecho pruebas con 3
sustitutos parecidos, uno ácido, uno neutro y otro más alcalino. No se
apreciaron diferencias sutiles, pero hicieron la misma prueba con un
mismo sustituto, pero cambiando la textura del mismo (mayor o menor
concentración de líquido) y sí notaron cambios apreciables en el estado
de la pintura.
Nada más leer la noticia me vino a la cabeza el vídeo que podéis ver
más arriba. Parece que los coches limpios tienen una atracción natural a
ser el blanco de las palomas. De todas formas si os encontráis uno de
esos regalos sobre vuestro coche y está seco, mojad un papel o un trapo y
dejadlo 10 minutos encima para que salga sin rayar la pintura.
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